Lenguaje inclusivo

La Revista Inguruak, en su compromiso de visibilizar la labor de las mujeres y de las personas no binarias en el ámbito científico, ofrece a sus autores y autoras una serie de diez recomendaciones para hacer que sus aportaciones sean más inclusivas. Este decálogo, cuyas opciones son completamente válidas y aparecen en la gramática del español, sirve como un primer paso para destacar el papel que cumplen estos grupos en sus respectivos campos de estudio sin por ello hacer preferente la figura masculina.

Como señala Ana Sánchez Isidoro en su curso «MD Lenguaje Inclusivo» y como se estipula en los “Apuntes para la igualdad” de la Universidad de Alicante, desde Inguruak aconsejamos consultar y seguir, en la medida de lo posible, las recomendaciones que se indican a continuación:

1.- Evitar el uso del masculino genérico siempre que se hable de más personas aparte de las masculinas.

2.- Hacer visibles a todas las personas en nuestros textos, sin excluir a nadie o estar en mayor o menor número.

3.- Usar todos los tipos de desdoblamientos para incluir a todas las personas en nuestros escritos, sin abusar ni hacer de nuestros textos algo difícil de entender. Alternar el orden de aparición de las formas masculinas y femeninas en los desdoblamientos.

4.- Incluir barras o guiones para añadir las terminaciones femeninas o masculinas en aquellas palabras con carga de género, solo en documentos cortos, formularios o correos electrónicos.

5.- Se recomienda que el uso de la -@, -x y -e sea solo en ámbitos y textos coloquiales con un fin muy determinado.

6.- Cambiar los enunciados de las frases utilizando la gran variedad lingüística que existe en el idioma español, como los diferentes tipos de nombres (colectivos, epicenos, comunes), frases en pasiva, omisión del sujeto o palabras sin carga de género (cada, minoría, etc.).

7.- Nombrar en femenino aquellos cargos y profesiones que estén ejercidas por una mujer: ministra, conductora, arquitecta, programadora… y que entren dentro de la norma (hay que acordarse de que ciertas profesiones tienen la misma palabra para el femenino y el masculino).

8.- Prestar atención a las imágenes y/o los mensajes de tipo audiovisuales (publicitarios, entre otros) que no sean acordes con el uso del lenguaje inclusivo y que, en consecuencia, contribuyan a construir estereotipos de mujeres u hombres.

9.- Ser coherente en el uso del lenguaje igualitario a lo largo de todo el discurso. El texto debe reflejar en todas sus partes un lenguaje no sexista en el que se incluya y nombre a todas las personas a las que va destinado y a quienes se hace referencia.

10.- Saber que hay más opciones además de lo binario (marca de masculino y de femenino) para visibilizar a todas las personas en los discursos.

A continuación, adjuntamos trabajos y manuales para profundizar en la labor de producción científica con enfoque de género, que pueden ser de utilidad y de interés: